domingo, 24 de febrero de 2008

CUARTO CUADERNO



CUARTO CUADERNO
(1) +
1231 JMJ Hoy, Jesús ha habitado en mi corazón,
Ha bajado del alto trono celestial,
El gran Señor, el creador del universo,
Ha venido a mí bajo la especie del pan.
Oh Dios eterno, encerrado en mi pecho,
Contigo tengo todo el cielo
Y con los ángeles Te entono: Santo.
Vivo para Tu gloria únicamente.
No Te unes con un serafín, oh Dios,
Sino con un miserable ser humano,
Que sin Ti no puede hacer nada,
Pero Tú eres siempre misericordioso
con el hombre.
Mi corazón es Tu morada
Oh Rey de eterna gloria,
Gobierna en mi corazón y reina en él
Como en un magnifico palacio.
Oh grande, inconcebible Dios,
Que Te has dignado bajar tanto,
Te rindo gloria humildemente
Y suplico que Te dignes salvarme.
(2) +
1232 JMJ Oh dulce Madre de Dios,
Sobre Ti modelo mi vida,
Tú eres para mí una aurora radiante,
Admirada me sumerjo toda en Ti.
Oh Madre, Virgen Inmaculada,
En Ti se refleja para mí el rayo de Dios.
Tú me enseñas cómo amar a Dios entre tormentas,
Tú eres mi escudo y mi defensa contra el enemigo.
Cracovia, 10 VIII 1937
1233 Sor Maria Faustina
Del Santísimo Sacramento
Oh Hostia santa, fuente de la dulzura divina,
Tú das fortaleza a mi alma,
Tú que eres omnipotente y Te encarnaste de la Virgen
Vienes oculto a mi corazón
Y no Te alcanza el poder de [mis] sentidos.
(3)
JMJ
Cracovia, 10 VIII 1937
Cuarto diario
Todo para Ti, Jesús, y con cada latido de mi corazón deseo adorar Tu misericordia y conforme a mis fuerzas deseo animar a las almas a confiar en esta misericordia, como Tú Mismo me has ordenado, Oh Señor.
1235 En mi corazón, en mi alma es noche oscura. Delante de mi mente hay un muro impenetrable que me ha ocultado a Dios, sin embargo estas tinieblas no han sido causadas por mí. Es extraño este tormento que temo describir en toda su extensión, pero aun en este estado trato de ser fiel a Ti, oh Jesús mío, siempre y en todo; mi corazón late solamente para Ti.
1236 (4) 10 VIII 1937. Hoy he vuelto de Rabka a Cracovia, me siento muy enferma. Sólo Jesús sabe cuánto sufro. En estos días me he asemejado en todo a Jesús crucificado, me he armado de paciencia para explicar a cada hermana el porqué de no poder quedarme allí, y fue porque estaba peor de salud. Sabia, sin embargo, que algunas hermanas no preguntaban para compadecer por el sufrimiento, sino para añadir otros a los sufrimientos que padecía.
1237 Oh Jesús, qué oscuridad me envuelve y qué nulidad me penetra, pero Jesús mío, no me dejes sola, concédeme la gracia de la fidelidad. Aunque no puedo penetrar el misterio del abandono, pero está en mi poder decir: hágase Tu voluntad.
12 VIII. Hoy estuve con el Padre Sopocko que, pasando por Cracovia, vino aquí por un momento. Yo deseaba verlo, Dios ha cumplido mi deseo. (5) Este sacerdote es una gran alma, desbordante de Dios. Mi alegría fue grande; agradecí a Dios por esta gran gracia, ya que deseaba encontrarme con él para la mayor gloria de Dios.
Oh Hostia viva, Jesús oculto, Tu ves el estado de mi alma. Por mi misma no soy capaz de pronunciar Tu santo nombre. No puedo sacar del corazón el ardor del amor, pero arrodillada a Tus pies penetro en el tabernáculo con la mirada de mi alma, la mirada de la fidelidad. Tú eres siempre el mismo, aunque en mi alma hay un cambio. Confío en que llegue un momento en que descubrirás Tu rostro y Tu niña verá nuevamente Tu dulce semblante. Me asombro, Jesús, de que puedas ocultarte de mi tanto tiempo; ¿cómo puedes retener la inmensidad del amor que me tienes? En la morada de mi corazón aguzo el oído y espero Tu venida, oh único tesoro de mi corazón.
(6) El Señor Jesús defiende mucho a Sus sustitutos en la tierra. Está muy unido a ellos y me ordena anteponer la opinión de ellos a la Suya. Conocí la gran familiaridad que hay entre ellos, entre Jesús y el sacerdote. Lo que dice el sacerdote, Jesús lo defiende y muchas veces se conforma a sus deseos, y a veces hace depender de la opinión [del sacerdote] sus propias relaciones con un alma. Conocí esto muy bien en las gracias particulares, hasta qué punto has compartido con ellos el poder y el misterio, oh Jesús, mas que con los ángeles. Me alegro de ello porque todo es para mi bien.
+ Oh Jesús mío, qué difícil es soportar este tipo de sufrimientos: si alguien, mal dispuesto contra mi, me causa alguna molestia, me duele menos, pero no puedo soportar si alguien me muestra su amabilidad y pone trabas a (7) cada paso. Qué gran fuerza de voluntad es necesaria para amar a tal alma para Dios. A veces uno tiene que llegar hasta el heroísmo para amar a tal alma como Dios manda. Si el contacto con [esa persona] fuera escaso, seria más fácil soportarlo, pero cuando se vive juntos y se experimenta eso a cada paso, es necesario un gran esfuerzo.
Jesús mío, penétrame toda para que pueda reflejarte en toda mi vida. Divinízame de modo que mis acciones tengan el valor sobrenatural. Haz que tenga para cada alma, sin excepción, amor, compasión y misericordia. Oh Jesús mío, cada uno de Tus santos refleja en si una de Tus virtudes, yo deseo reflejar Tu Corazón compasivo y lleno de misericordia, deseo glorificarlo. Que Tu misericordia, oh Jesús, quede (8) impresa sobre mi corazón y mi alma como un sello y éste será mi signo distintivo en esta vida y en la otra. Glorificar Tu misericordia es la tarea exclusiva de mi vida.
15 VIII 1937. Indicaciones del Padre Andrasz.
Los momentos de aridez y de sensación de la propia miseria, permitidos por Dios, hacen conocer al alma lo poco que puede por si sola; le enseñan cuánto debe apreciar las gracias de Dios. Segundo, es la fidelidad a las practicas de piedad y a los deberes, la fidelidad en general en todo, igual que en los momentos de gozo. Tercero en lo que se refiere a estos asuntos, hay que obedecer en todo al arzobispo [334], pero de vez en cuando se puede recordar este asunto, sin embargo, con calma. (9) A veces es necesario un poco de amarga verdad.
Al final de la conversación pedí que me permitiera relacionarme con el Señor Jesús como antes. Me contestó: No puedo dar ordenes a Jesús, pero si Él Mismo te atrae a si, puedes seguir esta atracción mostrando siempre una gran veneración, ya que es un gran Señor. Si realmente en todo esto buscas la voluntad de Dios y deseas cumplirla, puedes estar tranquila, Dios no permitirá ninguna desviación. En cuanto a las mortificaciones y los sufrimientos, al modo en que las haces, me lo relatarás la próxima vez. Confíate a la protección de la Santísima Virgen.
15 VIII 1937. Durante la meditación la presencia de Dios me penetró vivamente y conocí la alegría de la Santísima Virgen en el momento de su Asunción…. Durante ese (10) acto [335] que se realizó en honor de la Santísima Virgen, al final de ese acto vi a la Santísima Virgen que me dijo: Oh, qué grato es para mi el homenaje de su amor. Y en ese mismo instante cubrió con su manto a todas las hermanas de nuestra Congregación. Con la mano derecha estrechó a la Madre General Micaela y con la izquierda a mí, y todas las hermanas estaban a Sus pies cubiertas con su manto. Luego la Santísima Virgen dijo: Cada una que persevere fielmente hasta la muerte en mi Congregación, evitará el fuego del purgatorio y deseo que cada una se distinga por estas virtudes: humildad y silencio, pureza y amor a Dios y al prójimo, compasión y misericordia. Después de estas palabras desapareció toda la Congregación, me quedé sola con la Santísima Virgen que me instruyó sobre la voluntad de Dios, cómo (11) aplicarla en la vida sometiéndome totalmente a Sus santísimos designios. Es imposible agradar a Dios sin cumplir su santa voluntad. Hija mía, te recomiendo encarecidamente que cumplas con fidelidad todos los deseos de Dios, porque esto es lo mas agradable a Sus santos ojos. Deseo ardientemente que te destaques en esto, es decir en la fidelidad en cumplir la voluntad de Dios. Esta voluntad de Dios, anteponla a todos los sacrificios y holocaustos. Mientras la Madre celestial me hablaba, en mi alma entraba un profundo entendimiento de la voluntad de Dios.
Jesús mío, deleite de mi corazón, cuando mi alma está llena de Tu divinidad, con igual equilibrio acepto la dulzura y la amargura, la una y la otra pasarán; en el alma guardo una sola cosa, es decir el amor a Dios, lo solicito, por todo lo demás me preocupo menos.
1246 (12) 16 [VIII 1937]. Después de la Santa Comunión vi al Señor Jesús en gran Majestad y Jesús me dijo: Hija Mía, en las semanas cuando no Me has visto ni has sentido Mi presencia, estaba unido a ti mas profundamente que en los momentos de éxtasis. Y la fidelidad y el perfume de tu plegaria han llegado hasta Mí. Después de estas palabras mi alma fue inundada del gozo de Dios, no veía a Jesús y podía pronunciar solo una palabra, es decir: Jesús. Y después de pronunciar este nombre, de nuevo mi alma era inundada de luz y de un recogimiento más profundo que duró tres días sin interrupción. Sin embargo, por fuera pude cumplir mis deberes.
Todo mi ser fue conmovido en Sus más secretas profundidades. La grandeza de Dios no me espanta, sino que me hace feliz; rindiéndole honor yo misma soy elevada. Viendo su felicidad yo misma soy feliz, ya que (13) todo lo que hay en Él fluye sobre mí.
1247 Conocí el estado de cierta alma y lo que en ella no agrada a Dios. Lo supe de este modo: en un solo instante experimento el dolor en las manos, los pies y el costado, en los lugares donde fueron traspasados las manos, los pies y el costado del Salvador; en tal momento tengo conocimiento del estado del alma y de la clase de pecado.
Deseo satisfacer a Jesús según la clase [del pecado]. Hoy, durante siete horas he llevado una cintura de cadenitas para impetrar por cierta alma la gracia del arrepentimiento; a la séptima hora sentí alivio, porque aquella alma en su interior ya recibía el perdón aunque todavía no se había confesado. El pecado de los sentidos: mortifico el cuerpo y ayuno según el permiso que tengo; el pecado de soberbia: rezo con la frente apoyada en el suelo; el pecado del odio (14): rezo y hago una obra de caridad a la persona con la cual tengo dificultades, y así, según la clase de pecados conocidos, satisfago la justicia.
19 [VIII 1937]. Hoy, en la adoración el Señor me hizo saber cuánto desea que el alma se distinga en el amor activo y vi en mi interior cuán grande es el número de almas que nos piden gritando: Dénos a Dios; y ardió en mí la sangre apostólica. No la escatimaré sino que la daré hasta la última gota por las almas inmortales; aunque, quizá, Dios.no lo pida físicamente, pero espiritualmente esto es posible para mí, y no menos meritorio.
Hoy comprendí que no debo pedir cierto permiso y en esta cuestión contestar como lo desea la Madre de Dios. De momento las explicaciones no son (15) necesarias; me ha vuelto la paz. Recibí esta inspiración mientras iba a hacer el examen de conciencia y estaba muy preocupada por no saber cómo hacerlo. La luz divina puede más en un instante que mis esfuerzos de varios días.
22 VIII. Esta mañana vino a verme una virgen, Santa Bárbara, y me ha recomendado ofrecer la Santa Comunión por mi país durante nueve días. Y con esto aplacarás la ira de Dios. Esta virgen tenia una corona de estrellas y una espada en la mano, el resplandor de la corona era igual al de la espada; tenia una túnica blanca, el pelo suelto; era tan bella que si no hubiera conocido a la Santísima Virgen, hubiera pensado que era ella. Ahora comprendo que todas las vírgenes se destacan por una belleza particular, irradia de ellas una belleza especial.
(16) + 25 VIII 1937. Hoy vino el Padre Sopocko y se hospedó hasta el día treinta de este mes. A pesar de que la visita estuvo acompañada de ciertos disgustos, me alegré enormemente, porque solamente Dios sabe cuánto deseaba encontrarme con él por aquella obra que Dios realiza a través de él.
+ Mientras él celebraba la Santa Misa, antes de la elevación vi al Señor Jesús crucificado que despegaba la mano derecha de la cruz, y que la luz que salía de la herida alcanzaba su hombro; eso se repitió en tres Santas Misas. Entendí que Dios le dará fuerza para cumplir esta obra a pesar de las dificultades y las contrariedades. Esa alma, querida de Dios, es crucificada por sufrimientos de distinta clase, pero eso no me extraña porque Dios procede así con quienes ama de modo singular.
(17) + Hoy, 29 [de agosto] recibí el permiso para una conversación mas larga con el Padre Sopocko. Me enteré de que, a pesar de las dificultades, la obra sigue adelante, la Fiesta de la gran Misericordia ya está muy avanzada, y falta poco para su realización; sin embargo hay que rezar todavía mucho para que cedan ciertas dificultades.
"Ahora en cuanto a usted, hermana, está bien que se encuentre en este estado de indiferencia acerca de la voluntad de Dios y que esté mas equilibrada y procure este equilibrio. Ahora, en cuanto a todas estas cosas, usted, hermana, depende estrechamente del Padre Andrasz; yo estoy completamente de acuerdo con él. No haga nada por su propia cuenta, sino que siempre y en todo consulte a su director espiritual. Mantenga en todo el equilibrio y la mayor calma posible. Una cosa mas, hice (18) imprimir esta coronilla que ha de estar al dorso de la estampita y también las invocaciones parecidas a las letanías también al dorso de la estampita; también otra estampa mas grande junto con algunas hojas con la novena a la misericordia. Rece, hermana, para que esto sea autorizado". [336].
30. Esta mañana el Padre Sopocko partió. Cuando me sumergí en la oración de acción de gracias por la gran gracia de Dios de haber podido encontrarme con él, fui unida de repente, de modo particular, al Señor que me dijo: Es un sacerdote según Mi corazón, Me agradan sus esfuerzos. Ves, hija Mía, que Mi voluntad tiene que cumplirse y aquello que te he prometido lo cumplo. A través de él derramo consuelo a las almas dolientes, atormentadas; por medio de él Me ha complacido difundir el culto a Mi misericordia (19). A través de esta obra de misericordia se acercarán a Mi mas almas de cuántas se habrían acercado si él hubiera continuado absolviendo día y noche hasta el fin de su vida, porque en tal caso el trabajaría apenas hasta el fin de su vida, mientras que por esta obra trabajará hasta el fin del mundo.
Para verlo había hecho una novena, pero ni siquiera la había terminado y Dios me concedió esta gracia.
Oh Jesús mío, aproveché poco esta gracia, pero eso no dependía de mi, aunque por otro lado sí, muchísimo.
+ Durante la conversación conocí su alma atormentada. Esta alma crucificada, semejante a Jesús. Allí donde espera un consuelo merecido, encuentra la cruz; vive entre muchos amigos y no tiene a nadie fuera de Jesús. De este modo Dios despoja el alma a la que ama especialmente.
(20) Hoy escuché estas palabras: Hija Mía, sé siempre como una niña ante Mis sustitutos, porque de otro modo no sacarás provecho de Mis gracias que te envío a través de ellos.
1 IX 1937. vi al Señor Jesús como Rey [en] gran Majestad mirando nuestra tierra con una mirada severa, pero por la súplica de su Madre prolongó el tiempo de la misericordia.
3 IX. Primer viernes del mes. Durante la Santa Misa fui unida a Dios. Jesús me dijo que la más pequeña cosa no sucede en el mundo sin su voluntad. Tras esa visión mi alma entró en una extraña serenidad. Mi tranquilicé completamente en lo referente a esta obra en toda su extensión. Dios puede hacer conmigo lo que le plazca, y yo lo bendeciré por todo.
(21) Hasta este momento he pensado, con cierto temor, a dónde me llevaran estas inspiraciones; un temor todavía mayor se ha apoderado de mi cuando el Señor me hizo entender que tenía que dejar esta Congregación. Ya se cumple el tercer año desde aquel momento y mi alma experimenta, alternativamente, una vez el entusiasmo y el apremio para actuar y entonces tengo mucho ánimo y fuerza, y otras veces, cuando se acerca el momento decisivo para iniciar la obra, siento el abandono de parte del Señor y al mismo tiempo un extraño temor atraviesa mi alma y veo que aquella no es la hora establecida por el Señor para empezar la obra. Son los sufrimientos que ni siquiera sé describir. Sólo Dios sabe lo que experimento día y noche… Me parece que las mas grandes torturas de los mártires me serian mas livianas que lo que estoy pasando aunque sin derramar una sola gota de sangre, pero todo esto por las almas, por las almas, Señor....
(22) Acto de total abandono a la voluntad de Dios que es para mí el amor y la misericordia misma.
Acto de ofrecimiento
Oh Jesús Hostia que en este momento he recibido en mi corazón y en esta unión Contigo me ofrezco al Padre celestial como hostia expiatoria, abandonándome plena y absolutamente a la misericordiosísima, santa voluntad de mi dios. Desde hoy, Tu voluntad, Señor, es mi alimento. Tienes todo mi ser, dispón de él según Tu divina complacencia. Cualquier cosa que Tu mano paternal me ofrezca, la aceptaré con sumisión, serenidad y gozo. No tengo miedo de nada, cualquiera que sea el modo en que quieras guiarme; y con la ayuda de Tu gracia cumpliré cualquier cosa que exijas de mí. Ya ahora no temo ninguna de Tus inspiraciones ni (23) analizo con preocupación a dónde me llevaran. Guíame, oh Dios, por los caminos que Tu quieras; tengo confianza absoluta en Tu voluntad que es para mi el amor y la misericordia mismos. Me haces quedarme en este convento, me quedaré; me haces comenzar la obra, la comenzaré; me dejas en la incertidumbre hasta la muerte respecto a esta obra, bendito seas; me darás la muerte en el momento en que humanamente mi vida parecerá más necesaria, bendito seas. Me llevarás en la juventud, bendito seas; me harás alcanzar edad avanzada, bendito seas; me darás salud y fuerzas, bendito seas; me clavarás en un lecho de dolor quizá por toda la vida, bendito seas; me darás solamente desilusiones y fracasos durante la vida, bendito seas; permitirás que mis mas puras intenciones sean condenadas, bendito seas; darás luz a mi mente, bendito seas; me dejarás en la oscuridad y en toda clase (24) de angustias, bendito seas. Desde este momento vivo en la mas profunda serenidad, porque el Señor Mismo me lleva en Sus brazos. Él, el Señor de la misericordia insondable, sabe que lo deseo solamente a Él en todo, siempre y en todo lugar.
Oración. Oh Jesús, tendido sobre la cruz, Te ruego, concédeme a gracia de cumplir fielmente con la santísima voluntad de Tu padre, en todas las cosas, siempre y en todo lugar. Y cuando esta voluntad de Dios me parezca pesada y difícil de cumplir, es entonces que Te ruego, Jesús, que de Tus heridas fluyan sobre mi fuerza y fortaleza y que mis labios repitan: Hágase Tu voluntad, Señor. Oh Salvador del mundo, Amante de la salvación humana, [tú] que entre terribles tormentos y dolor, Te olvidaste de Ti Mismo para pensar en la salvación de las almas, compasivísimo Jesús, concédeme la gracia de olvidarme de mi misma para que pueda vivir totalmente por las almas, ayudándote en la obra de salvación, según la santísima voluntad de Tu Padre…..
(25) 5 IX [1937] [337]. El Señor me ha dicho saber cómo la querida Madre Superiora me defiende de ….. con la oración, pero también con la acción. Te agradezco, Jesús, por esta gracia, esto no quedará en mi corazón sin gratitud, cuando estoy con Jesús no me olvido de ella.
6 IX 1937. Hoy tengo el cambio de tarea, del jardín al desierto de la puerta [338]. Fui a conversar un momento con el Señor, le he pedido la bendición y la gracia de cumplir fielmente con la tarea que me fue asignada. Escuché estas palabras: Hija Mía, Yo siempre estoy contigo; te he dado la posibilidad de ejercitarte en las obras de misericordia que harás en conformidad con la obediencia. Me darás un gran placer si cada día, al anochecer hablas Conmigo especialmente de este deber. He sentido que Jesús me había dado una nueva gracia para este trabajo, pero a pesar de ello me he ocultado más profundamente en su Corazón.
(26) Hoy me he sentido peor que de costumbre, pero en este día Jesús me dio más oportunidades para ejercitarme en las virtudes. Y ha sucedido que tenía un trabajo más penoso. La hermana de la cocina me manifestó su descontento por haber llegado tarde al almuerzo, aunque me fue completamente imposible venir antes. Pero me sentía tan mal que he tenido que pedir a la Madre Superiora el permiso de acostarme. Fui a pedir a la Hermana N. reemplazarme en mi tarea; recibí otra reprimenda: ¿Y qué, hermana, se ha cansado tanto que va a acostarse de nuevo? ¡Vaya con este acostarse! Escuché esto, pero no ha sido todo, he tenido que ir todavía a pedir a la hermana que atiende a los enfermos que me traiga la comida. Cuando se lo dije, ha saltado detrás de mi de la capilla al pasillo para poder decir lo que sentía: ¿Por qué va a acostarse, hermana? etc………….Le pedí no traerme nada (27). Lo relato muy brevemente, porque no es mi intención escribir de estas cosas, pero lo hago solamente para que no se comporten así con otra alma, porque eso no agrada al Señor. En un alma que sufre debemos ver a Jesús crucificado y no un parasito y una carga para la Comunidad. Un alma doliente, sumisa a la voluntad de Dios atrae más bendiciones divinas al convento que todas las almas que trabajan. Pobre la casa dónde no hay hermanas enfermas. A veces Dios concede muchas y grandes gracias en consideración de las almas que sufren y aleja muchos castigos solamente en atención a esas almas.
Oh Jesús mío, ¿cuándo miraremos a las almas por motivos mas elevados? ¿Cuándo serán creíbles nuestros juicios? Nos ofreces la oportunidad de ejercitarnos en las obras de misericordia y nosotros nos ejercitamos en los juicios. Para conocer si el amor de Dios florece en una casa religiosa, hay que preguntar ¿cómo tratan a los enfermos, inválidos e inhábiles?
(28) 10 IX [1937]. Durante la meditación aprendí que cuanto mas pura es el alma, tanto mas puramente espiritual es su relación con Dios; no hace mucho caso a los sentidos ni a sus protestas. Dios es espíritu, por lo tanto lo amo en espíritu y en verdad.
Al darme cuenta de lo peligroso que es estar en la puerta en la actualidad y eso a causa de los disturbios revolucionarios y del odio que la gente mala tiene hacia los conventos, he ido a hablar con el Señor y le he pedido disponer que ninguna persona mala se atreva acercase a la puerta. Oí estas palabras: Hija Mía, en el momento en que has ido a la puerta he puesto un Querubín encima de la puerta para que la vigile; permanece tranquila. Cuando volví tras la conversación que tuve con el Señor, vi una nubecita blanca y en ella a un Querubín con las manos juntas [como para orar], con la mirada como un relámpago; comprendí que el fuego del amor de Dios ardía en aquella mirada…..
(29) 14 IX [1937]. Exaltación de la Santa Cruz. Hoy supe que ese sacerdote [339] encuentra grandes obstáculos en toda esta causa. Le son contrarias hasta las almas piadosas, y celosas de la gloria de Dios, y el hecho de que no se desanima se debe solamente a una especial gracia de Dios.
Jesús: Hija Mía, ¿crees, quizá, que hayas escrito suficiente sobre Mi misericordia? Lo que has escrito es apenas una gotita frente a un océano. Yo soy el amor y la Misericordia Misma; no existe miseria que pueda medirse con Mi misericordia, ni la miseria la agota, ya que desde el momento en que se da [mi misericordia] aumenta. El alma que confía en Mi misericordia es la mas feliz porque Yo Mismo tengo cuidado de ella.
Experimento grandes sufrimientos del alma al conocer una ofensa hecha a Dios. Hoy supe que no muy lejos de nuestra puerta se han cometido pecados graves. Era por la noche, recé (30) fervorosamente en la capilla, y luego fui a flagelarme y cuando me arrodillé para rezar, el Señor me hizo saber cuánto sufre el alma rechazada por Dios. Me parecía que el corazón se me despedazaba y al mismo tiempo supe cómo tal alma hiere al misericordiosísimo Corazón de Jesús. Aquella pobre criatura no quiere recibir la piedad de Dios; cuanto mas Dios persigue al alma con su misericordia tanto más severo se mostrará con ella.
Secretaria Mía, escribe que soy mas generoso para los pecadores que para los justos. Por ellos he bajado a la tierra…. Por ellos he derramado Mi sangre; que no tengan miedo de acercase a Mi, son los que mas necesitan Mi misericordia.
16 IX [1937]. Hoy deseaba ardientemente hacer la Hora Santa delante del Santísimo Sacramento, sin embargo la voluntad de Dios fue otra: a las ocho experimenté unos dolores tan violentos que (31) tuve que acostarme en seguida; he estado contorsionándome por estos dolores durante tres horas, es decir hasta las once de la noche. Ninguna medicina me alivió, lo que tomaba lo vomitaba; hubo momentos en que los dolores me dejaban sin conocimiento. Jesús me hizo saber que de esta manera he tomado parte en su agonía en el Huerto y que Él Mismo había permitido estos sufrimientos en reparación a Dios por las almas asesinadas en el seno de las malas madres. Estos dolores me han sucedido ya tres veces, empiezan siempre a las ocho; [duran] hasta las once de la noche. Ninguna medicina logra atenuar estos sufrimientos. Cuando se acercan las once desaparecen solos y entonces me duermo; al día siguiente me siento muy débil. La primera vez eso me ocurrió en el sanatorio. Los médicos no lograron diagnosticarlo; ni la inyección, ni ninguna otra medicina me pudieron aliviar (32) y yo misma no entendía qué clase de sufrimientos eran. Le dije al medico que jamás en mi vida había tenido semejantes dolores; el declaró que no sabia que dolores eran. Ahora si, entiendo de qué dolores se trata, porque el Señor me lo hizo saber…. Sin embargo, al pensar que quizá un día vuelva a sufrir así, me da escalofríos; pero no sé si en el futuro sufriré otra vez de modo similar, lo dejo a Dios; lo que a Dios le agrade enviarme, lo recibiré todo con sumisión y amor. Ojalá pueda con estos sufrimientos salvar del homicidio al menos un alma.
Al día siguiente de estos sufrimientos percibo el estado en que se encuentra las almas y su disposición frente a Dios; me penetra un verdadero conocimiento.
Recibo la Santa Comunión de manera casi angélica. Mi alma [está] inundada de la luz de Dios y se alimenta de ella, (33) los sentidos están como muertos; es la unión con el Señor totalmente espiritual, es el gran predominio del espíritu sobre la naturaleza.
El Señor me ha concedido el conocimiento de las gracias con las cuales me colma continuamente. Esta luz me ha penetrado hasta el fondo, y he entendido estos favores inconcebibles que Dios me manifiesta. Me quedé en la celda por un largo agradecimiento, postrándome de cara al suelo y derramando lagrimas de gratitud. No podía levantarme del suelo, porque cuando quería hacerlo la luz divina me daba un nuevo conocimiento de las gracias de Dios; sólo la tercera vez pude levantarme del suelo. Como una niña sentía que todo lo que poseía el Padre celestial era mío. Él Mismo me ha levantado del suelo hasta su Corazón; sentía que todo lo que existe era mío de modo exclusivo, pero yo no deseaba nada, porque sólo me basta Dios.
(34) Hoy supe con qué desagrado viene el Señor a cierta alma en la Santa Comunión. Va a ese corazón como a un calabozo para ser martirizado y atormentado. Le he pedido perdón y compensé ese ultraje.
El Señor me hizo saber que voy a ver a mi hermano [340], pero no he podido comprender cómo me encontraré con él, y por qué habría de venir aquí. Yo sé que tiene la gracia de la vocación divina, pero ¿por qué habría de venir a verme? Sin embargo he dejado de lado estos razonamientos y he creído que si el Señor me dijo que vendrá, eso me basta. He unido a Dios mis pensamientos sin ocuparme de la criatura, confiando todo al Señor.
+ Cuando los mismos pobres vienen a la puerta por segunda vez, los trato con mas dulzura y no les manifiesto (35) que ya habían venido una vez para no incomodarlos y entonces ellos me hablan libremente de sus dolencias y sus necesidades.
Aunque la Hermana N. me dice que no se debe comportarse así con los mendigos y me da con la puerta en las narices, cuando ella no está los trato como los trataría mi Maestro. A veces se da mas sin dar nada que dando mucho pero con rudeza.
A menudo, el Señor me da a conocer dentro de mi a las personas con las cuales trato en la puerta. Un alma digna de compasión quiso decir algo espontáneamente. Aprovechando la ocasión le hice conocer con delicadeza en qué miserable estado estaba su alma. Se alejó con una mejor disposición de ánimo.
17 IX [1937]. Oh Jesús, veo tanta belleza diseminada alrededor por la cual (36) Te agradezco continuamente; pero percibo que algunas almas son como piedras, siempre frías e insensibles. Ni siquiera los milagros las conmueven, tienen la mirada dirigida hacia sus propios pies y así no ven nada fuera de si mismas.
Me has rodeado durante la vida con Tu protección afectuosa y cordial, mas de cuanto puedo imaginar, ya que comprenderé Tu bondad en toda su plenitud sólo cuando caigan los velos. Deseo que toda mi vida sea un único agradecimiento para Ti, oh Dios.
+ Te agradezco, oh Dios, por todas las gracias.
De las cuales me colmas continuamente,
Las que me iluminan como los rayos de sol,
Y con las cuales me indicas el camino seguro.
Gracias, oh Dios, por haberme creado,
Por haberme llamada a la existencia de la nada,
Y por grabar en mí Tu divino sello,
Y lo has hecho únicamente por amor.
(37) Gracias, oh Dios, por el santo bautismo,
Que me insertó en la familia divina,
Es un gran e inconcebible don de la gracia,
Que nos transforma las almas.
Gracias, oh Señor, por la confesión,
Por esta fuente de grandísima misericordia,
Que es inagotable,
Por este manantial inconcebible de gracias,
En el cual blanquean las almas manchadas por el pecado.
Gracias, oh Jesús, por la Santa Comunión,
En la cual Tu Mismo Te nos das.
Siento Tu Corazón latir en mi pecho,
Mientras Tu Mismo desarrollas en mí la vida divina.
Gracias, oh Espíritu Santo, por el sacramento
de la confirmación,
Que me arma Tu caballero
Y da fuerza al alma en cada momento,
Y me protege del mal.


Gracias, oh Dios, por la gracia de la vocación
A Tu servicio exclusivo
Dándome la posibilidad de amarte únicamente a Ti
Es un gran honor para mi alma.
(38) Gracias, oh Señor, por los votos perpetuos,
Por este vinculo de amor puro,
Por haberte dignado unir al mío Tu Corazón puro,
Uniendo mi corazón al Tuyo con un lazo de pureza.
Gracias, oh Señor, por el sacramento de la unción,
Que me fortificará en los últimos momentos
Para luchar y me ayudará a salvarme,
Y dará fuerzas al alma para que podamos gozar eternamente.
Gracias, oh Dios, por todas las inspiraciones,
De las cuales me colma Tu bondad,
Por estas iluminaciones interiores del alma,
Que es imposible expresar, pero que el corazón percibe.
Gracias, oh Santísima Trinidad, por esta inmensidad de gracias,
De las cuales me has colmado incesantemente durante toda la vida.
Mi gratitud crecerá al despuntar la eterna aurora,
Cuando por primera vez entone Tus alabanzas.
+ A pesar del silencio del alma estoy llevando a cabo una lucha continua con el enemigo del alma. Cada vez descubro sus nuevas asechanzas y la batalla arde de nuevo. (39) Me ejercito en tiempo de paz y vigilo que el enemigo no me sorprenda sin estar yo preparada; y cuando veo su gran furia entonces me quedo en la fortaleza, es decir en el santísimo Corazón de Jesús.
19 IX [1937]. Hoy el Señor me dijo: Hija Mía, escribe que Me duele mucho cuando las almas consagradas se acercan al sacramento del Amor solamente por costumbre como si no distinguieran este alimento. No encuentro en sus corazones ni fe ni amor. A tales almas voy con gran renuencia, seria mejor que no Me recibieran.
Dulcísimo Jesús, incendia mi amor por Ti y transfórmame en ti, divinízame para que mis obras Te sean agradables. Que eso pueda ser obtenido por el poder de la Santa Comunión que recibo diariamente. ¡Cuánto deseo ser completamente transformada en ti, oh Señor!
(40) 19 IX 1937. Hoy me visitó mi hermano Stasio. Me alegré enormemente de ver esta hermosa almita que también piensa entregarse al servicio de Dios, o sea Dios Mismo la atrae a su amor. Hablamos mucho tiempo de Dios, de su bondad. Durante nuestra conversación conocí lo agradable que es a Dios esta almita. Recibí el permiso de la buena Madre Superiora de vernos más a menudo. Cuando me pidió un consejo a dónde entrar, le contesté: Si tú sabes mejor que es lo que el Señor quiere de ti. Le mencioné la orden de los jesuitas, pero: Entra en dónde te plaza. Prometí rezar por él y decidí hacer una novena al Sagrado Corazón por intercesión del Padre Pedro Skarga, con la promesa de publicarlo en el Mensajero del Sagrado Corazón de Jesús [341], porque tiene muchas dificultades en esta iniciativa suya. Comprendí que en esta cuestión es más provechosa la oración que el consejo…..
(41) 21 IX. Esta noche, al despertarme varias veces he agradecido a Dios brevemente, pero de todo corazón, por todas las gracias concedidas a mí y a nuestra Congregación; he reflexionado sobre su gran bondad.
Al recibir la Santa Comunión le dije: Jesús, esta noche he pensado tantas veces en Ti, y Jesús me contesto: Y Yo también he pensado en ti antes de llamarte a la existencia. Jesús, ¿de qué modo pensaste en mi? En el modo de admitirte a Mi eterna felicidad. Después de estas palabras el amor de Dios ha inundado mi alma; no terminaba de asombrarme de cuánto Dios nos ama.
Cuando he caído nuevamente en el mismo error a pesar del propósito sincero de evitarlo, aunque esta caída era una pequeña imperfección y mas bien involuntaria, no obstante sentí en el alma un dolor tan vivo que interrumpí mi trabajo y (42) fui por un momento a la capilla, y caí a los pies de Jesús; con amor y con gran dolor pedí perdón al Señor, tanto mas avergonzada que por la mañana, hablando con Él después de la Santa Comunión le prometí fidelidad. De repente escuché estas palabras: Si no hubiera sucedido esta pequeña imperfección no habrías venido a Mí. Has de saber que cada vez que vienes a Mí humillándote y pidiendo perdón, Yo derramo sobre tu alma una inmensidad de gracias y tu imperfección desaparece ante Mí y veo solamente tu amor y tu humildad. No pierdes nada, sino que ganas mucho…..
El Señor me ha ensenado que si un alma no acepta las gracias que le han sido destinadas, en ese mismo momento las recibe otra alma. Oh Jesús mío, hazme digna de recibir las gracias, porque por mi misma no puedo hacer nada, sin Tu ayuda no soy capaz ni siquiera de pronunciar dignamente Tu nombre.
(43) 25 IX [1937]. Cuando he conocido cuán enormes son las dificultades en toda esta obra, fui al Señor y le dije: Jesús, ¿no ves cómo dificultan Tu obra? Y oí en el alma una voz: Haz lo que está en tu poder y no te preocupes por lo demás; estas dificultades demuestran que esta obra es Mía. Quédate tranquila si haces todo lo que está en tu poder.
Hoy abrí la puerta a la Madre Superiora y supe que iba a la ciudad por la causa de la Divina Misericordia [342]. Esta es la Superiora que mas ha contribuido a la obra de la misericordia.
Hoy pregunté imprudentemente a dos niños pobres si de verdad no tenían nada de comer en casa. Los niños no me contestaron nada, y se alejaron de la puerta. Comprendí que les era difícil hablar de su miseria, entonces (44) los alcancé apresuradamente e hice volver dándoles lo que pude y para lo cual obtuve permiso.
Muéstrame, oh Dios, Tu misericordia,
Según la compasión del Corazón de Jesús.
Escucha mis suspiros y mis súplicas.
Y las lagrimas de un corazón arrepentido.
Oh Dios omnipotente, siempre misericordioso,
Tu compasión [es] siempre inagotable,
Aunque mi miseria [es] grañidísima como el mar,
Tengo plena confianza en la misericordia del Señor.
Oh Trinidad eterna, oh Dios siempre benigno,
Tu compasión [es] ilimitada,
Por eso confío en el mar de misericordia
Y Te siento, Señor, aunque me separa un velo.
Que la omnipotencia de Tu misericordia, oh Señor,
Sea glorificada en el mundo entero,
Que su culto no termine jamás,
Alma mía, propaga la Divina Misericordia con ardor.
(45) 27 IX [1937]. Hoy, con la Madre Superiora fuimos a ver a cierto señor [343] donde se están imprimiendo estampitas de la Divina Misericordia, también las invocaciones [344] y la coronilla [345] que han sido ya aprobadas [346]. Habíamos de ver también la imagen más grande corregida [347]. Es muy parecida, me he alegrado de eso grandemente. Al mirar la imagen me traspasó el amor de Dios tan vivo que durante un momento no sabia dónde estaba. Después de tratar este asunto fuimos a la
Iglesia de la Santísima Virgen Maria, oímos la Santa Misa durante la cual el Señor me dijo que gran numero de almas se salvará por medio de esta obra. Luego entré en un coloquio intimo con el Señor dándole gracias por haberse dignado concederme la gracia de poder ver difundirse el culto de su insondable misericordia. Me sumergí en una profunda plegaria de agradecimiento. Oh, qué grande es la generosidad de Dios, sea alabado el Señor que (46) es fiel a sus promesas…..
La Madre Irene [348] tiene extrañamente mucha luz divina en cuanto a toda esta obra. Ella fue la primera en autorizar la ejecución de los deseos del Señor, a pesar de que llegó a ser mi Superiora sólo dos años después de la revelación; no obstante fue la primera en ir conmigo cuando se comenzó a pintar la imagen {349] y ahora cuando se imprimen algunas cosas sobre la Divina Misericordia y se reproducen las pequeñas imágenes, ha sido ella nuevamente la que ha ido conmigo por esta razón. Dios ha dispuesto todo de manera singular, ya que de verdad el comienzo fue en Vilna y ahora la voluntad de Dios ha guiado las circunstancias de modo que la causa prosigue en Cracovia. Yo sé lo agradable que es a Dios esta Superiora; veo que Dios guía todo y quiere que en estos importantes momentos yo esté bajo su protección…. Gracias, Señor, por las Superioras que viven en el amor y (47) en el temor del Señor. Rezo muchísimo por ella, que ha afrontado la mayor parte de las dificultades en esta obra de la Divina Misericordia….
29 IX [1937]. Hoy comprendí muchos misterios de Dios. Supe que la Santa Comunión perdura en mí hasta la siguiente Santa Comunión. La presencia de Dios, viva y sensible, dura en mi alma, este conocimiento me sumerge en un profundo recogimiento sin ningún esfuerzo de mi parte…. Mi corazón es un tabernáculo viviente en el cual se conserva la Hostia viva. Nunca he buscado a Dios lejos, sino dentro de mi; en la profundidad de mi propio ser convivo con mi Dios.
Oh Dios mío, a pesar de todas las gracias añoro continuamente la eterna unión con mi Dios; cuanto mas lo conozco, tanto mas ardientemente lo deseo.
+
1304 (48) JMJ Con añoranza miro hacia el cielo sembrado de estrellas,
Hacia el azul del firmamento impenetrable.
Hacia allí, a Ti, oh Dios, se lanza el corazón puro
Y desea liberarse de las cadenas del cuerpo.
Con ardiente deseo te miro, patria mía,
¿Cuándo terminará este destierro mío?
Así suspira hacia Ti, Jesús, Tu esposa,
Que por anhelarte vive agonizando.
Con nostalgia miro las huellas de los santos,
Que pasaron por este destierro a la patria,
Dejándome ejemplos de virtud y sus consejos
Y me dicen: paciencia, hermana,
Ya pronto caerán las cadenas.
Pero el alma ansiosa no oye estas palabras,
Ella desea vehementemente a su Dios y Señor
Y no entiende las palabras humanas,
Porque sólo de Él está enamorada.
Mi alma ansiosa, herida por el amor,
Se abre paso por entre todo lo creado,
(49) Y se une a la eternidad sin límites,
Al Señor a quien mi corazón está desposado.
A mi alma ansiosa, permítele, oh Dios,
Sumergirse en Tu Trinidad Divina,
Cumple mis deseos, por los cuales Te suplico humildemente,
Con el corazón colmado del fuego de amor.
1305 Hoy vino a la puerta cierta alma pidiendo ser recibida como alumna [350], sin embargo no fue posible acogerla. Aquella alma necesitaba mucho nuestra casa. Mientras hablaba con ella se ha renovado en mi la Pasión de Jesús. Cuando se alejó me sometí a una de las mas grandes mortificaciones, pero la próxima vez no dejaré que se vaya un alma como ésa. Sin embargo, durante tres días sufrí mucho por esa alma. Cuánto deploro que nuestros institutos sean tan pequeños y no puedan albergar a un mayor número de almas queridas. Jesús mío, Tú sabes cuánto sufro por cada ovejita extraviada.
(50) + Oh humildad, flor hermosa, veo que son pocas las almas que te poseen. ¿Será porque eres tan bella y a la vez tan difícil de conquistar? Oh si, una y otra cosa. Dios Mismo se complace en ella. Sobre un alma humilde están entreabiertas las compuertas celestiales y un mar de gracias fluye sobre ella. Oh, qué bella es un alma humilde; de su corazón como de un incensario se eleva toda clase de perfumes particularmente agradables que atraviesan las nubes y alcanzan a Dios Mismo y llenan de gozo su Santísimo Corazón. A tal alma Dios no niega nada; tal alma es omnipotente, ella influye en el destino del mundo entero; a tal alma Dios la eleva hasta su trono y cuanto mas ella se humilla tanto mas Dios se inclina hacia ella, la persigue con Sus gracias y la acompaña en cada momento con su omnipotencia. Tal alma está unida a Dios de modo mas profundo. Oh humildad, arráigate profundamente en todo mi ser. Oh Virgen Purísima, pero también humildísima, ayúdame a conquistar una profunda humildad (51). Ahora comprendo por qué hay tan pocos santos, porque son pocas las almas profundamente humildes.
Oh Amor eterno, abismo de misericordia, oh Trina Santidad, pero única Divinidad que tienes un seno amoroso para todos, como buen Padre no desprecias a nadie. Oh Amor divino, manantial vivo derrámate sobre nosotros, Tus indignas criaturas; que nuestra miseria no detenga los torrentes de Tu amor, ya que Tu misericordia no tiene limites.
+ Jesús, he notado como si Te ocuparas menos de mí. Si, hija Mía, Me escondo detrás de tu director espiritual [351]; él se ocupa de ti según Mi voluntad, respeta cada palabra suya como si fuera Mía propia; él es el velo detrás del cual Me escondo. Tu director espiritual y Yo somos uno, sus palabras son palabras Mías.
(52) Mientras hago el Vía Crucis, a la duodécima estación experimento una emoción profunda. Aquí medito la omnipotencia de la Divina Misericordia que ha pasado a través del Corazón de Jesús. Cada vez que hago el Vía Crucis, en la herida abierta del Corazón de Jesús encierro toda la pobre humanidad…. Y distintas personas que amo. De esta Fuente de Misericordia han salido los dos rayos, es decir la Sangre y el Agua; ellos con su inmensidad inundad el mundo entero….
Cuando uno está débil y enfermo hace continuos esfuerzos para lograr hacer lo que todos hacen normalmente; sin embargo no siempre es posible poder hacer "lo normal", pero Te agradezco, Jesús, por todo. No la grandeza de la obra sino la grandeza del esfuerzo será premiada. Lo que se cumple por amor no es pequeño, oh Jesús mío, ya que Tu ojo ve todo. (53) No sé por qué me siento tan excepcionalmente mal por la mañana; para levantarme de la cama tengo que concentrar todas las fuerzas y a veces hasta recurrir al heroísmo. Al recordar la Santa Comunión recobro un poco más de fuerzas. Así pues, el día comienza con la lucha y con la lucha termina. Cuando me acuesto me siento como un soldado que vuelve del campo de batalla. Lo que encierra en si este día, lo conoces solamente Tu, Maestro y Señor mío.
Meditación. Durante la meditación, la hermana que tiene su reclinatorio al lado del mío, carraspea y tose continuamente, a veces sin interrupción Una vez me vino la idea de cambiar de lugar para el tiempo de meditación, en vista que era ya después de la Santa Misa; sin embargo pensé: si cambio de lugar la hermana se dará cuenta y sentirá, quizá, un disgusto por haberme alejado de ella. He decidido continuar en la oración y en mi (54) lugar ofreciendo a Dios un acto de paciencia. Al final de la meditación mi alma fue inundada de tanta consolación enviada por Dios cuanta pudo soportar mi corazón y el Señor me hizo saber que si me hubiera alejado de esa hermana me habría alejado también de las gracias que descendieron sobre mi alma.
+ Hoy Jesús vino a la puerta bajo la apariencia de un joven pobre. Un joven macilento, en harapos, descalzo y con la cabeza descubierta, estaba pasmado de frió porque hacia un día lluvioso y frío. Pidió algo de comer caliente. Pero cuando fui a la cocina no encontré nada para los pobres; sin embargo tras buscar un rato encontré un poco de sopa que calenté y puse un poco de pan desmigajado. Se lo di al pobre que lo comió. En el momento en que le retiraba el vaso, me hizo saber que era el Señor del cielo y de la tierra. En cuanto lo vi tal como es, desapareció de mis ojos. (55) Cuando entré en la casa pensando en lo que había sucedido en la puerta, oí estas palabras en el alma: Hija Mía, han llegado a Mis oídos las bendiciones de los pobres que alejándose de la puerta Me bendicen y Me ha agradado esta misericordia tuya dentro de los limites de la obediencia y por eso he bajado del trono para gustar el fruto de tu misericordia.
Oh Jesús mío, ahora está claro para mí y he comprendido todo lo que ha sucedido hace un momento. Presentía algo preguntándome ¿qué clase de pobre es éste del cual transparenta tanta modestia? Desde aquel momento mi corazón se ha encendido de un amor todavía más puro hacia los pobres y los necesitados. Oh, cuánto me alegro de que las Superioras me hayan asignado esta tarea…. Comprendo que la misericordia es variada, que siempre y en todo lugar y en cada momento se puede hacer el bien. El ardiente amor de Dios incesantemente ve la necesidad de darse a los otros con la acción, la palabra y la oración. Ahora comprendo (56), Señor, Tus palabras que me has dicho anteriormente.
+ Oh, qué grandes esfuerzos tengo que hacer para cumplir bien mis deberes siendo mi salud tan débil. Sólo Tú lo sabes, oh Cristo.
+ En los momentos del abandono interior no pierdo la serenidad, porque sé que Dios nunca abandona al alma, a no ser únicamente cuando el alma misma, con su infidelidad, rompe el lazo de amor. Sin embargo, absolutamente todos los seres dependen del Señor y son sostenidos por su omnipotencia. Unos son gobernados por el amor, otros por la justicia; de nosotros depende bajo qué autoridad deseamos vivir, visto que la ayuda de la gracia en la medida suficiente no es negada a nadie. No me asusta el aparente abandono. Me examino mas profundamente si la culpa no es mía. Si no, bendito seas.
(57) 1 X 1937. Hija Mía, necesito sacrificios hechos por amor, porque sólo éstos tienen valor para Mi. Es grande la deuda del mundo contraída Conmigo, la pueden pagar las almas puras con sus sacrificios, practicando la misericordia espiritualmente.
Comprendo Tus palabras, Señor, y la grandeza de la misericordia que ha de resplandecer en mi alma. Jesús: Sé, hija Mía, que lo comprendes y haces todo lo que está en tu poder, pero escríbelo para muchas almas que a veces se afligen por no tener bienes materiales, para practicar con ellos la misericordia. Sin embargo, el mérito mucho más grande lo tiene la misericordia espiritual que no necesita ni autorización ni granero siendo accesible a cualquier alma. Si el alma no practica la misericordia de alguna manera no conseguirá Mi misericordia en el día del juicio. Oh, si las almas supieran acumular los tesoros eternos, no serian juzgadas, porque su misericordia anticiparía Mi juicio.
(58) 10 X [1937]. Oh Jesús mío, para agradecerte por tantas gracias. Te ofrezco el alma y el cuerpo, el intelecto y la voluntad y todos los sentimientos de mi corazón. Con los votos me he entregado toda a Ti, ya no tengo nada más que podría ofrecerte. Jesús me dijo: Hija Mía, no Me has ofrecido lo que es realmente tuyo. Me he ensimismado y he constatado de que amaba a Dios con todas las fuerzas de mi alma; y sin poder conocer que era lo que no había dado al Señor, pregunté: Jesús, dímelo y Te lo daré inmediatamente con generosidad del corazón. Jesús me dijo amablemente: Hija, dame tu miseria porque es tu propiedad exclusiva. En ese momento un rayo de luz iluminó mi alma y conocí todo el abismo de mi miseria; en ese mismo momento me abracé contra el Santísimo Corazón de Jesús con tanta confianza que aunque tuviera sobre la conciencia los pecados de todos los condenados, no dudaría de la Divina (50) Misericordia, sino que, con el corazón hecho polvo, me arrojaría en el abismo de Tu misericordia. Creo, oh Jesús, que no me rechazarías sino que me absolverías con la mano de quien Te sustituye.
Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. Oh fuente de vida, insondable Misericordia Divina, abarca al mundo entero y derrámate sobre nosotros.
A las tres, ruega por Mi misericordia, en especial para los pecadores y aunque sólo sea por un brevísimo momento, sumérgete en Mi Pasión, especialmente en Mi abandono en el momento de Mi agonía. Ésta es la hora de la gran misericordia para el mundo entero. Te permitiré penetrar en Mi tristeza mortal. En esta hora nada le será negado al alma que lo pida por los méritos de Mi Pasión….
(60) +
JMJ
1321 Te saludo, misericordiosísimo Corazón de Jesús,
Viva fuente de toda gracia,
Único amparo y refugio nuestro,
En ti tengo la luz de la esperanza.
Te saludo, Corazón piadosísimo de mi Dios,
Insondable, viva fuente de amor,
De la cual brota la vida para los pecadores,
Y los torrentes de toda dulzura.
Te saludo, Herida abierta del Sacratísimo Corazón,
De la cual salieron los rayos de la misericordia
Y de la cual nos es dado sacar la vida,
Únicamente con el recipiente de la confianza.
Te saludo, inconcebible bondad de Dios,
Nunca penetrada e insondable,
Llena de amor y de misericordia, siempre santa,
Y como una buena madre inclinada sobre nosotros.
Te saludo, Trono de la misericordia, Cordero de Dios,
Que has ofrecido la vida por mí,
Ante el cual mi alma se humilla cada día,
Viviendo en una fe profunda.

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